Todas las organizaciones presentan épocas de crisis en donde la única forma de mantenerse dentro de la competencia es a través de la promoción de cambios constantes que muchas veces representan retos pero que puestos en práctica obligan a estar adaptados al mundo global en el que vivimos hoy por hoy; y por lo tanto crean condiciones competitivas que los hacen estar vigentes. Cada empresa debe girar en torno a estrategias que impliquen la participación activa de todo el personal, que los cambios que se generen sean aceptados y dominados por todos con el fin de que la cultura organizacional no sea afectada por los mismos.
Para ello se debe concientizar a todos los colaboradores sobre cual es la cultura organizacional de la empresa y su importancia, las características y desarrollo de la misma, para que se establezca un patrón de conducta desarrollado y respetado por todos “es el sello de la institución, un sistema con significado propio que indica la forma en que deben comportarse e integrarse los colaboradores”. Robbins presenta algunas características de la cultura organizacional que son:
1. Identidad de los miembros.
2. Énfasis de grupo.
3. Enfoque en la gente.
4. Integración de la unidad.
5. Control.
6. Tolerancia al riesgo.
7. Criterios de recompensa.
8. Tolerancia al conflicto.
9. Orientación medios – fines.
10. Enfoque de sistema abierto.
Es importante destacar el hecho de que la cultura se va desarrollando a partir del sistema de valores y el sistema de creencias de sus líderes, o sea que refleja la visión o misión de los fundadores de la misma. Los fundadores establecen la cultura temprana al proyectar una imagen de lo que debe ser la organización.
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